Domingo en casa, en nuestro pequeño jardín, una suave música de fondo, unas copas de vino y una excelente burrata con tomate y albahaca. No se puede pedir más y los dos lo sabemos, somos en ese momento unos privilegiados.
Domingo en casa, en nuestro pequeño jardín, una suave música de fondo, unas copas de vino y una excelente burrata con tomate y albahaca. No se puede pedir más y los dos lo sabemos, somos en ese momento unos privilegiados.