a las 5 de la tarde
EN LA MONUMENTAL DE BARCELONA
Entre mi padre y Santos, un novillero sin suerte.
Los domingos de toros los recuerdo con una intensidad no comparable a otras actividades de mi infancia. El olor, los colores, el ruido, los gritos, el silencio del miedo, el relinchar de los caballos, la música, el paseíllo, los saludos, los abrazos, otra vez el miedo en las caras, el furor del toro, la sangre, su olor, los terribles mugidos de dolor y desesperanza… Me fascinaban a la vez que me aterrorizaban los picadores, pero la presencia de mi padre era más importante que mis temores a la sangre y el sufrimiento. Estaba a su lado y me sentía feliz.
ESPARTACO
Óleo sobre lienzo 120 x 150 cm.
Uno de mis cuadros favoritos. Un día en Barcelona, en la calle Aribau, me crucé con él y su mujer.
Iba cojeando visiblemente y llevaba en su cara el sufrimiento de la grave cogida, las operaciones y la rehabilitación. Me acordé de Santos en Mallorca, de una novillada que el miedo le encogió las piernas y se negó a torearla… era mi amigo, una buena persona del sur, alegre y entusiasta, al que mi padre ayudó con generosidad. Me dio una pena tremenda oír los pitos, los gritos y las risotadas de la gente y el recuerdo de aquella tarde volvió ese día a la calle Aribau, al ver a Espartaco. Cuando llegué a casa me puse a dibujar y salió este cuadro. Se vendió de los primeros así que sólo me quedan los dibujos, las fotos y el recuerdo de un día gris.
BRINDIS
Óleo sobre lienzo 120 x120 cm.
El momento más feliz de la tarde y emocionante. Estaba muy cerca de la barrera, encima de donde les dan el estoque, el agua y se santiguan antes de enfrentarse al toro. Veía como se preparaban, como miraban con recelo la salida de chiqueros, como se lanzaba a la plaza con su montera encajada y allí, en medio de la nada se descubría para brindar el toro en un ejercicio de arte y chulería, para acabar lanzándola al aire y mirando de reojo como caía.
MIEDO
Óleo sobre lienzo 116 x170 cm.
Eso es algo que vi, sentí y me persiguió todas las tardes de toros. Ya empezaba a sentirlo unas horas antes de salir de casa, en el coche hacia la plaza, en los empujones de la entrada, en la espera, en el pasillo y cuando los clarines anunciaban que empezaba la fiesta. Este cuadro fue el primero de los intentos de plasmar los toros con mi estilo, al ver el resultado me decidí a continuar con mi proyecto y es el único que conservo. Todos son muy personales, pero este está dedicado especialmente a mí, a mi miedo que me encogía el estómago a las 5 de la tarde.
EN MEMORIA DE NIMEÑO II
Óleo sobre lienzo 130 x130 cm.
La historia de este joven torero francés de nombre Christian Montcouquiol y conocido en el mundo taurino como Nimeño II, me heló la sangre. Nacido como torero en la ciudad francesa de Nimes, apadrinado por Ángel Teruel, esta ciudad volvió a ver la quizás mejor corrida del diestro, mató a seis toros en una tarde antológica. En Arlés, en la región de la Provenza, al sur de Francia, unos años mas tarde, un toro Miura lo volteó aparatosamente, lesionándose gravemente las cervicales. Queda parapléjico y no se recupera del todo a pesar de su insufrible lucha. Un 25 de Noviembre se quita la vida. El torero mas grande que ha dado Francia se fue de este mundo de una manera trágica. Este fue mi pequeño homenaje a un gran torero y una buena persona.
ESPERANDO
Óleo sobre lienzo 130 x130 cm.
Esperando a que la corrida sea tranquila, observando a su jefe, la cuadrilla, está atenta al quite. En sus movimientos se nota si la faena va por buen camino o corre mas peligro de lo deseable. Miran, esperan y si los miras te trasmiten sus emociones. Tardes tranquilas o peligrosas, tardes de vuelta al ruedo o de almohadillas, pero siempre atentos, observando el peligro.
EJEE
Óleo sobre lienzo 110 x 80 cm.
Uno de los momentos que mas me fascinaban era cuando los clarines anunciaban cambio de tercio y aparecían los banderilleros. Una mezcla de miedo y orgullo, miedo al citar al toro, orgullo al acabar su trabajo. Y cuando sin desmerecer era el matador el que cogía las banderillas, se notaba el murmullo en los tendidos. Siempre solían ser magistrales, una pirueta en el hocico del toro y listo, a pasear su chulería gitana. Este cuadro tiene un significado especial, pertenece a la colección de Arte Contemporáneo, «Haciendo caminos» del Museo Picasso de Buitrago de Lozoya, donde nació Eugenio Arias, el barbero y amigo íntimo del pintor y donde donó las obras que le fue regalando y con las que empezó este museo. Una iniciativa de Jaume Maymó, la creación y donación de una colección de arte contemporáneo, biblioteca y centro de documentación de Picasso, engrandecieron aún mas el museo.
LA HORA II
Óleo sobre lienzo 120 x 200 cm.
El momento de la verdad que también se cumplió en la exposición, fué el primer cuadro vendido, el mas grande, pintado en dos lienzos unidos .
Son momento de tensión donde el matador sabe que se juega de verdad su vida, muchos no entienden lo peligroso del momento, aunque la plaza enmudece, deja de sonar la música y se nota el peligro en el aire y un suspiro de alivio cuando la estocada entra bien y el toro muere rápidamente.
ESPERANDO III
Óleo sobre lienzo 80 x 180 cm.
Los pocos momentos de descanso en la plaza, mirando a otro compañero como va dominando al toro, aprendiendo, atento por si hay que salir a ayudar. Descansando, esperando su turno.
PASE DE PECHO
Óleo sobre lienzo 170 X 150 cm.
Un gran aficionado a los toros, me pidió un cuadro, para una hermosa pared en su nuevo piso y pinté este pase de pecho, que es el remate a una serie de pases naturales, un momento alegre del torero, que siente finalizada la serie y siente todo el calor del público. Un cuadro que este buen aficionado, mima con cariño en la pared de su casa.