
Lo que empezó siendo un riachuelo molesto, se está convirtiendo en una impetuosa catarata. Empiezo a tener problemas para leer y me paso el día limpiando las limpias gafas. La sensación de no enfocar en ningún sitio, es desesperante. Se acercan las operaciones a marchas forzadas. Leer se está convirtiendo en un ejercicio cansado y penoso. Vendrán tiempos mejore.

“El cartero siempre llama dos veces”, no es el título de este cuadro pero a mi me lo ha recordado, sólo verlo. Del artista Ayku Aydogdu.



Hoy he podido disfrutar como nunca de mis paseos en bici. Temprano, no había casi nadie. Solo la fina lluvia y el ruido del mar.

