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Hoy he cerrado mi pequeño libro de viaje a Londres, siete días resumidos en pocas hojas y algún dibujo. Siete días inolvidables con María, Jon y su amona Isabel.

Beatrix Potter es conocida como la creadora de Peter Rabbit y otros personajes de animales. A Beatrix Potter le encantaba la vida en el Distrito de los Lagos. La inspiró para crear algunos de sus cuentos más famosos y, como miembro destacado de la comunidad agrícola, ganó premios por criar ovejas de Herdwick. También se convirtió en una feroz activista sobre cuestiones de conservación local. Cuando murió en 1943, Beatrix dejó 4.000 acres de tierra, incluidas 15 granjas, al cuidado del National Trust. Su legado ha ayudado a garantizar la supervivencia del paisaje y el estilo de vida de Lakeland que tanto amaba.

Pasear por Londres y ver algo mal diseñado, un rótulo mal puesto, es una misión casi imposible. Para muestra un botón.

El otro día, Clara, llamó a casa para ver a María, enterada de su buena noticia, quería compartir un rato de alegría y de paso regalarle uno de sus libros. Una buena y dulce vecina. Gracias.

Nos ha venido a saludar al llegar a casa . Es una londinense simpática.

Hay que leer un poquito más, se mete menos la pata.

Ayer asistimos a un concierto de Jane Birkin, musa erótica de mi juventud. Acompañada por cuatro excelentes músicos que supieron llevarla en volandas, toda la velada. Fue muy emocionante verla enfrentarse una vez más al público, a su edad, ella que había sido una preciosa musa, se llevó una gran ovación y todo el amor de los que tuvimos la suerte de verla. La vejez no perdona el físico, pero hay algo con lo que no puede, no puede ni con el espíritu rebelde, con con las ganas de seguir luchando, no puede con una preciosa dama con el pelo blanco .

Extraño e interesante libro sobre la vida de la escritora Mary Shelley, conocida por crear al famoso Frankenstein. Muy interesante relato que se lee de un tirón y te deja un poso agradable  y te descubre a una mujer muy interesante.

Ayer, paseando, pasé por mi antigua casa, la que teníamos al llegar a Barcelona y vivimos años de muchos recuerdos. La llegada de mis abuelos para vivir con nosotros, la muerte en casa de mi querida abuela, los juegos en el jardín, mis tardes escondido en la copa de un árbol, las carreras de cochecitos las tardes de verano… Ahora la casa ha perdido la personalidad que tenía para convertirse en una aséptica clínica. El tiempo pasa y van quedando recuerdos.